Fontaneda en Valtierra de Albacastro (Burgos)
Valtierra de Albacastro es un lugar situado al Norte de la provincia de Burgos, en el término municipal de Rebolledo de la Torre, perteneciente actualmente al partido judicial de Burgos. Fue cuna del apellido Fontaneda y lo sigue siendo en la actualidad.

13/12/16

ANEXO 1: DOCUMENTOS

1.- Introducción
Desarrollamos a continuación varios documentos históricos de la época del descubrimiento de América, uno de ellos relata el embarque a las Indias de Juan de Escalante, padre de Hernando de Escalante Fontaneda y los otros son escritos realizados por Hernando, describiendo La Florida, las tribus indias que allí habitaban y algunos detalles sobre varios exploradores españoles.

1.1- Asiento de Pasajeros – Libro II – (1526-1534)
Archivo General de Indias, Casa de la Contratación, Pasajeros a Indias

“Embarque a las Indias de Juan de Escalante (padre que fue de Hernando de Escalante Fontaneda)”
Personas que van con Francisco de Montejo:

“En el puerto de Sunfunejos término de la villa de Sanlúcar de Barrameda estando a la lengua del agua a beynte y nueve días del mes de Junyo año del nascimiento de nuestro salvador Jesucristo de myll e quynyentos e beynte e syete años. Por mandado del muy magnyfico señor Francisco de Montejo, governador y adelantado de Coçumel y Yucatán por sus majestades, de que van por sus oficiales Alonso Dávila contador, con Pedro de Luna thesorero, con Hernando de Cueto fattor e beedor y en presencia de my Francisco de Terán escribano de sus magestades e su notario público en la su corte con todos los sus Reynos e señoríos e de los testigos de yuso scriptos se tomó alarde a las personas que de yuso serán desplazadas que ban embarcadas con el dicho señor governador cada uno por sy para saber quyenes son e cuyos hijos, e de que tyerra son los syguyentes en esta manera:
+ Francisco de Montejo, governador.
+ Alonso Dávila, contador, natural de Cibdad Real, hijo de Alonso Dávila e de Elena de Villalobos.
+ Pedro de Luna, thesorero natural de Segovya.
+ Hernando de Cueto, fattor e beedor, vesyno de Cibdad Rodrygo.
+ Pero Gonçalez, capitán, natural de Madrigal, hijo de Nicolás Gonçalez de Torrecylla e de Francisca Alonso.
+ (……..) Damasco, capitán, hijo de Pedro Damasco.
+ (……..) Lugones, capitán, hijo de Juan de Lugones e de María (……..) vesyno de Cibdad Rodrygo.
+ (……..) Palomyno, alguazyl mayor, natural de Andújar, hijo de (……..) Palomyno e de Leonor Caro.
+ Lista de varios pasajeros, y en la página 15 figura el pasajero:
+ Juan de Escalante, natural del Valle de Toranço, hijo de Pero Ferrandes de Escalante e de Doña María de Castañeda”.
De las quales dichas personas que arriba van declaradas, se tomó alarde según dicho es, en presencia de mí el dicho escribano e testigos y el dicho señor gobernador firmó de su nombre, que fue fecha esta nómina el dicho día e mes e año susodichos. Testigos Antón Sánchez e Miguel Ferrer, maestres, e Pedro Camacho, vecinos de la cibdad de Cádiz. Va escripto entre renglones Cádiz Soto Mayor. E yo el dicho escribano fuy presente a lo que dicho es, en uno con los dichos testigos e de ruego e con pedimiento del dicho señor gobernador y adelantado, esta dicha nómina fiz cumplir y escrevir e fiz aquí este mio signo que es a tal, en testimonio de verdad.
Fdo.: Francisco de Montejo – Francisco de Terán, escribano de sus magestades.

1.2.- Hernando de Escalante Fontaneda: Relación de La Florida
“Memoria de las cosas y costa y indios de la Florida que ninguno de cuantos la han costeado, no lo han sabido declarar”.
Muy Poderoso Señor:
Las islas de Yucayo y de Ahiti, caen a un lado de la canal de Bahama, y no hay yndios, y está entre La Habana y la Florida, aunque hay otras islas más cerca de tierra firme que corren de Poniente a Oriente, que se dicen «Los Mártires». Dícense «Los Mártires» porque han padecido muchos hombres, y también porque hay unas peñas salidas debajo de la mar, que dende lejos parecen hombres que están padeciendo, y en estas islas hay indios grandes de cuerpo, y las mujeres muy dispuestas y de buen rostro. En estas islas hay dos pueblos de indios, el un pueblo se llama el uno Guarugunve, que quiere decir en romance «pueblo de llanto», y el otro poblezuelo Cuchiyaga, que quiere decir «lugar martirizado». Estos indios no tienen oro y menos plata y menos vestido, que andan en cueros, sino solamente unos bragueros tejidos de palma, con que los hombres cubren sus vergüenzas, y las mujeres unas yerbas que nacen de unos árboles; estas yerbas parecen lana, aunque son diferente. Su comida ordinaria es pescado, y Tertugas y caracoles, que todo es pescado, y atunes y ballenas, según vi estando entre ellos; y algunos destos indios comen lobos marinos, aunque no todos, porque hay diferencia entre mayores y menores. Hay otro pescado que acá llamamos langostas, y otro como a manera de chapín; también digo que en estas islas hay muchos venados y unos animales que parecen raposos, y no lo son, sino otra cosa diferente, son muy gordos y buenos de comer, y en otras islas hay osos muy grandes. Y digo que como estas islas corren de Poniente a Oriente, y la tierra firme de la Florida corre hacia Oriente, estas islas deben causar el haber los osos, porque acerca con ellos y deben de pasar de isla a isla. Pero lo que a algunos cautivos que allí y en otras partes estábamos era maravilla, era el haber venados en las islas de Cuchiyaga, pueblo que tengo dicho. En estas islas hay también una madera que acá llamamos el palo, y sirve para muchas cosas, como los físicos saben, y también hay mucha de diversas maneras, que no lo contaré porque no acabaría. Hacia Poniente destas islas, hay una canal grande, que ningún piloto se atreve a pasar con navío grueso, porque, como digo, de la otra parte hay unas islas hacia Poniente sin árboles; estas islas son nacidas de arena, que en algún tiempo debían ser tierra de cayos que la comió la mar conandaluvios, y ansí quedaron sin árboles y llanos en arena; llámanlas las islas de las Tertugas, porque las hay y muchas, que salen de noche a desgüevar en la arena. Son las Tertugas del tamaño de una adarga; tienen tanta carne como una vaca, y es pescado.
Desde La Habana a la Florida; corriendo de sur a norte, y en derecho destas islas; hay a las Tertugas y a Los Mártires cuarenta leguas de través, veinte leguas a Los Mártires, y de allí a la Florida otras veinte. La provincia de Carlos, provincia de indios, quiere decir en su lenguaje «pueblo feroz», y lo dicen por ser bravos o diestros, que lo son; señorean mucha parte, hasta un pueblo que llaman Guacata, en la laguna de Mayaimi. Llámase laguna de Mayaimi porque es muy grande, y en redondés hay muchos poblezuelos, como adelante diré. Tornando de La Habana, para las leguas que hay desde La Habana a la otra parte del cabo de las islas de Los Mártires, que casi ajunta con la Florida, hay sesenta leguas de travesía a las islas postreras, porque las islas tienen cerca de setenta leguas, y ansí corren de Poniente a Oriente. Esta canal tiene muchas maneras de travesías y muchas diferencias de bajuras y canalejas, aunque la canal principal es bien hecha, y por parte de en medio, hacia las islas de la Bermuda, de donde tengo una poca de memoria de dichos indios, pero no lo quiero alargar, voy a lo que trataba del cabo de las islas de Los Mártires hacia el Norte. Fenecen estas islas junto a un lugar de indios, que han por nombre Teguesta, que está a un lado de un río que entra hacia la tierra dentro; este río corre hasta quince leguas, y sale a otra laguna que dicen algunos indios que la han andado más que yo, que es un brazo de la laguna de Mayaimi, y sobre esta laguna que corre por en medio de la tierra adentro, tiene muchos pueblos, aunque san de treinta y cuarenta vecinos, y otros tantos lugares. Tienen pan de raíces, ques la comida ordinaria la más parte del tiempo, aunque por caso de la laguna, que crece mucho, no alcanzan estas raíces por estorbo de la mucha agua; y ansí dejan de comer algún tiempo este pan. Hay pescado mucho y muy bueno, y otras raíces a manera de turmas, y otras diferentes de muchas maneras; mas cuando hay caza, ansí de venados como de aves, entonces comen carne o ave.
También digo que hay en aquellos ríos de agua dulce enfinitísimas anguillas, muy ricas, y truchas grandísimas, casi tamaño de un hombre, las anguillas gordas como el muslo y menores; comen también lagartos y culebras y unos como ratones que anclan en la laguna, y galápagos y otras muchas sabandijas, que si las hubiéramos de contar, no acabaríamos. Estos indios viven en tierra muy fragosa y pantanosa; no tienen cosa de minas ni cosa deste mundo, andan desnudos, y las mujeres con un mantellín de unas palmas rajadas y tejidas; son vasallos de Carlos, y háganle tributo de todas estas cosas que he dicho arriba, de comida y raíces y pellejos de los venados y otras cosas.
El oidor Lucas Vázquez, vecino en Santo Domingo, y otros seis vecinos suyos, me parece que partieron con navíos con algunos indios de las islas de Jeaga, a ver aquella tierra y río de Santa Elena, siete leguas más al norte, a donde está un pueblo que, por decir Orizta, dijeron Chicora los que fueron, y el otro pueblo por llamalle Guale, lo llamaron Gualdape; y no vieron más pueblos, porque no pesquisaron más, o no entraron ni costearon de veras, por miedo de no tocar y perderse; y ansí no alcanzaron más, aunque es verdad que no hay oro ni plata, sino muy lejos de allí, sobre sesenta leguas, donde dicen que hay minas de oro y cobre, hacia la tierra corrida adentro al norte; al pie de un río y lagunas, están pueblos de indios, Otapali y Olagotano y otros muchos; ni son chichimecas ni jordaneros; llámase el Rey mayor y gran señor en nuestra lengua, y en lenguaje de los indios Carlos Zertepe. Este cacique, es el mayor de los reyes, y de la fama de Motesuma, pero a donde fue Lucas Vázquez y otros españoles, son gente mísera, aunque hay algunas perlecillas en algunas conchas; comen pescado, ostiones asados y crudos, venados, corzos y otros animales; y al tiempo que los matan ellos, las mujeres acarrean leña y agua, para cocer o asar en parrillas; y si algún oro hallaron, sería venido de lejos destas tierras y Rey que arriba digo.
Juan Ponce de León, fue a buscar el río Jordán a la Florida, creyendo a los indios de Cuba y a otros de Santo Domingo, o por tener que entender, o por valer más y acabar de morir, ques lo más cierto, o si no para tornarse mozo, lavándose en tal río, que es lo que hace al caso, que todo eso eran devociones de los indios de Cuba y de toda aquella comarca, que por cumplir su ley, decían que el río Jordán estaba en la Florida. A lo menos, estando yo captivo, en muchos ríos me bañé, pero, por mi desgracia, nunca acerté con él. En la provincia de Carlos, antiguamente, aportaron muchos indios de Cuba, en busca deste río; y el padre del rey Carlos, que se llamaba Senquene, los tomó y hizo un pueblo de ellos, que hasta hoy día está la generación, y por las mismas causas que ellos, partieron otros de sus tierras, que venían a buscar el río Jordán. Tomaron lengua todos los reyes y caciques de la Florida, como personas, aunque salvajes, a ver qué río podía ser aquel, que tan buena obra hacía de tornar los viejos y viejas mozos, y tan de pechos lo tomaron, que ni quedó arroyo ni río en toda la Florida, hasta las lagunas y pantanos, que no se bañaron, que hasta hoy día porfían de hallalle y nunca acaban, y los de Cuba, votaban a morir por esa mar a cumplir su ley, que así debió de ser, que de los mismos que pasaron a Carlos, se hizo un pueblo, porque fueron tantos, que hoy día se hallan los hijos y viejos engañados y hanse muerto muchos; y es cosa de risa lo que Juan Ponce de León fue a buscar al río Jordán, en la Florida.
Digamos de la parte de Abalachi, que es cerca de hacia Panuco, adonde se suena la muchedumbre de las perlas; y cierto haylas. Entre Abalache y Olagale, hay un río, que llaman los indios Guavaca-Esgui, que quiere decir «río de cañas» en nuestra plática. En este río y boca de mar y costa de la mar, hay las perlas, a do se cogen unas hostias y conchas y se llevan a todas las provincias y lugares de la Florida, y principalmente a Toco-baja, que está más cerca, porque en este pueblo está el Rey casi mayor de aquella comarca, hacia mano derecha, a la venida para La Habana. Llámase Toco-Laja-Chile, tiene muchos vasallos y es Rey por sí; vive a cabo postrero del río, hacia la tierra adentro, que hay de río más de cuarenta leguas, a do Hernando de Soto pensó poblar y por su muerte no se pobló y se desbarató, la gente de guerra, y se fueron por tierra, y de camino ahorcaron los españoles al cacique de Abalachi, porque no les quiso dar maíz para mantenimiento del camino, o porque, dicen los indios de aquel pueblo de Abalachi, que el cacique suyo tenía al cuello unas perlas gruesas y en medio dellas una muy grande, que sería tan gruesa como un huevo de paloma torcaza, que las hay y añilan4 en unos árboles por tiempos; y esto es lo que dicen los indios. No hay minas de oro ni plata, y si las hay, no las conocen. El comer destos indios, es maíz y pescado, muy mucho; matan venados y corzos y otros animales, que ellos comen, pero lo ordinario, es pescado. Hacen pan de unas raíces que nacen en unos pantanos, como arriba tengo dicho, y muchas frutas de diversas maneras; ponellas aquí, era no acabar. Estos indios, no visten ropa, ni menos las mujeres; andan desnudos los hombres, si no es unos pellejos de venado curtidos, con que hacen unos bragueros y se cubren solamente sus vergüenzas, y las mujeres, unas pajuelas que nacen de los árboles, a manera de estopa o lana, y no es blanca, sino parda, y con aquellas yerbas, se cubren dellas a la redonda de la cinta.
Dejemos a Tocobaga y a Valachi y a Olagale y a Mocoso, que son reinos por sí, y contaré los lugares y pueblos del cacique Carlos, ya difunto, que le mató el capitán Reynoso por culpado. Primeramente, un lugar que se dice Tampa, pueblo grande, y otro pueblo que se llama Tomo, y otro Juchi, y otro Soco, y otro que ha nombre Non y quiere decir pueblo querido, y otro Sinapa, y otro Sinaesta, y otro Metamapo, y otro Sacaspada, y otro Calaboe, y otro, Escame, y otro Yagua, y otro Guaya, y otro Guevu, y otro Muspa, y otro Casitoa, y otro Tatesta, y otro Coyovea, y otro Jutum, y otro Tequemapo, y otro que ha nombre Comachica, y otros dos pueblos desta comarca, que no me acuerdo porque ha seis años que vine; mas hay otros por la tierra adentro, en la laguna de Mayaimi, y es el pueblo Cutespa, y otro Tabaguemne, y otro Tomsobe, y otro Enempa, y otros veinte pueblos que no me acuerdo sus nombres; y más hay otros dos pueblos en las islas Incayos, que son sujetos a Carlos, que se llaman Guarunguve y el otro Cuchiaga.
Carlos y su padre eran señores destos cincuenta pueblos, hasta que le mataron, como tengo dicho; y agora reina un don Pedro, hijo de Sebastián; llámanse así, porque Pedro Meléndez los trujo a La Habana para regalallos y los mandó nombrar ansí, pero tornáronse ansí peor que antes, por el regalo que les hizo, y más peor fuera, si fueran bautizados; pero porque yo no quise, no los bautizaron, porque en su plática los entendí que no fuera, legítimo el bautismo en ellos, que fueran herejes como se han alzado otra vez y peores que antes; saben la mayor parte de nuestras mañas, son flecheros y hombres de fuerza. No hay hombre que tanto sepa de aquella comarca como yo, que la presente escribo, porque estuve cautivo entre ellos desde niño de trece años hasta que fui de treinta años; sé cuatro lenguas, sino es la de Ais y de Jeaga, ques tierra que nunca anduve.
Quiero decir, que es gran pueblo, rico de perlas y de poco oro, porque están lejos las minas de Onagatano, ques en las sierras nevadas de Onagatano, vasallo de Abalachi y Olagatano, de Olagali y de Mogoso, que dicen los indios que son muchos y grandes hombres de guerra, aunque andan desnudos y vestidos algunos dellos con pellejos; son pintores, que cuanto ven pintan; llámanse cañogacolas, que quiere decir gente bellaca, sin respeto y valientes de flecha, pero las buenas armas de los españoles todavía los vencerían con muy buenas ballestas y escopetas, y rodelas y espadas anchas y agudas y buenos caballos y escupiles, y una o dos personas que los entiendan y que sean las lenguas, personas buenas y fieles, y no como el Viscaíno que quiso vender a Pedro Meléndez a los indios; y si no fuera por mí y un mulato que descubrimos la traición, fueran todos muertos y yo con ellos, y no muriera Pedro Meléndez en Santander sino en la Florida, en la provincia de Carlos. Porque no hay río ni bahía que se me pueda esconder, y si me trataran como yo merecía, hoy día fueran los indios vasallos de nuestro poderoso rey don Felipe, que Dios guarde muchos años. Ya tengo dicho queste cacique es señor de aquel río de las Cañas, donde hay las perlas y minas de azul, y el oro lejos, y es también su vasallo el pueblo de Olagale.
Un don Pedro Viscaíno, a quien Su Majestad hizo merced de tener cuidado de los cisnes, fue cativo en esta provincia; si él fuera más hombre, pues Su Majestad le hizo tanta merced, los indios de Ais y Guacata y Jeaga y sus vasallos; fueran ya domados, y aun muchos dellos cristianos; pero fue hombre para poco y de poco entendimiento, y ansí no hay que hablar. Don Pedro Viscaíno sabe muy bien esta lengua de los Ais y los demás nombrados, y aun hasta Mayaca y Mayajuaca desotra parte del norte, pero yo creo que como por mandado de Pedro Meléndez lo mandó ahorcar por una falsedad que le levantaron a Domingo Ruiz, compañero de don Pedro Viscaíno, le espantaron y se vino a España con las nuevas de la Florida, y no curó de volver más, y si volvió, sería por traer un hijo que tenía entre los indios, según lo trujo, y no volvió más, y por ver el mal tratamiento que a las lenguas se hacía, no quiso volver como nosotros hemos hecho, y sin paga hasta hoy día, y venimos rotos; y ansí nos dio poca gana de volver a la Florida a servir sin medra ninguna.
Estos reyes de Ais y Jeaga son indios pobres de la tierra, que no hay minas de oro ni menos plata, y para decir por enteros son ricos de la mar, que muchos navíos se han perdido muy cargados de plata y oro; como se perdió Farfan y el mulato con su urca y el navío del Viscaíno, adonde venía Antón Granado, que fue pasajero y cautivado, y el navío de Juan Cristóbal, maese y capitán, y mataron los indios a don Martín de Guzmán y al capitán Hernando de Andino, procurador de la provincia de Popayan, y Juan Ortiz de Zárate, factor de Santa Marta. Perdiose este navío en el año de 51, y venían en esta nao dos hijos de Alonso de Mesa y su tío con ellos, todos ricos, que el que menos traía fui yo, pero con todo eso traía veinte y cinco mil pesos en oro fino, porque quedaban en Cartagena mi padre y madre, que fueron comenderos y sirvieron a Su Majestad en aquellas partes del Pirú y después en la ciudad de Cartagena, y poblaron en ella, donde yo y otro hermano nacimos, y de allí nos enviaba a España a estudiar, y nos perdimos en la Florida como tengo dicho, y otros navíos y la armada de la Nueva España, adonde dicen que venía el hijo de Pero Meléndez por general, porque los indios tomaron un español que salió a tierra y le cogieron muerto de hambre, e yo le vi vivo y hablé con él y un Juan Rodríguez, natural de Nicaragua, y nos dijo que venía de la Nueva España y iban para Castilla, y que era el general un hijo de Pero Meléndez, asturiano, y él que venía por marinero de otra nao, y que no supieron unos de otros hasta que los indios se armaban para ir a la costa de Ais, y los vido ir y volver con mucha riqueza de barras de plata y de oro y costales de reales y mucha ropa; y como era recién cautivado o hallado, no entendía la lengua de los indios.
Consuelo era, aunque triste, para los que después se perdían, en hallar delante compañeros cristianos con que pasar los trabajos y entenderse con aquellos brutos. Muchos españoles escaparon las vidas por hallar adelante compañeros cristianos, porque los indios que los tomaban, les mandaban bailar y cantar y no lo entendían; y como los indios son tan bellacos, y más los de la Florida, pensaban que no lo querían hacer por rebeldía; los mataban y decían después a su cacique que por bellacos y rebeldes los mataban, que no querían hacer lo que les mandaban: preguntando el cacique por qué les mataban, respondían esto que tengo dicho.
Y un día yo y un negro y otros dos españoles recién cautivos, tratando el cacique con sus vasallos y grandes señores de su corte lo que tengo dicho arriba, preguntome el cacique, que yo era el más ladino de todos, diciendo: «Escalante, decidnos la verdad, pues ya sabéis que os quiero mucho; ¿cuándo mandamos a estos vuestros compañeros bailar y cantar y otras cosas, por qué son tan bellacos y rebeldes que no lo quieren hacer, o hácenlo porque no estiman la muerte, o por no torcer su brazo a gente contraria de su ley? Decídmelo, y si no lo sabéis, preguntádselo a esos recién cautivos, que por su culpa son cautivos, agora que por dioses los teníamos abajados del cielo». Y respondiéndole a mi amo y señor, díjele luego: «La verdad, señor, a lo que entiendo no son rebeldes ni lo hacen de mal propósito, es porque no los entienden y ellos rabian por entendellos». Díjome que no era verdad, que muchas veces se lo decían y algunas veces lo hacían, y otras veces no querían, por más que se lo dijesen. Dije yo: «Con todo eso, señor, no lo hacen adrede ni por rebeldía, por no entender lo hacen; por eso habladles que lo vea yo y este negro horro5 vuestro». Y el cacique riéndose, díjoles: «Se le tega, recién venidos»; ellos preguntaron que qué les decía el cacique; y el negro que estaba junto a ellos, riose y dijo al cacique: «Señor, verdad os dice Escalante, que no lo entienden y le han preguntado a Escalante que qué es lo que decís, y no se lo quiere decir hasta que se lo mandéis». Entonces creyó el cacique la verdad y dijo a Escalante: «Decláraselo, Escalante; que agora os creo de veras». Yo se lo declaré, que quiere decir «se le tega», corre, mira si viene gente al miradero. Miradero quiere decir Tejihue, abrevian más en la palabra que nosotros los de la Florida. Y visto por el cacique la verdad, dijo a sus vasallos, que cuando hallasen cristianos ansí perdidos y los cogiesen, que no les mandasen nada hasta avisar, para que fuese uno de los que entendiese la lengua. Y ansí fue este el primero arriba declarado que había nombre Pijiguini, en lengua nuestra quiere decir Martínez, marinero arriba declarado, que venía en la flota de México y se perdió.
Dejando esto aparte, quiero hablar de las riquezas que los indios de Ais hallaron, que sería hasta un millón y más en barras y en oro y otras cosas de joyas, hechas de manos de indios mexicanos que traían los pasajeros; las cuales se repartieron el cacique de Ais y Jeaga y Guacata y Mayaguaci y Mayata, y él tomó lo que le pareció o lo mejor. Con estos navíos y otros dichos y carabelas perdidas, y indios de Cuba y de Honduras, perdidos en busca del río Jordán, que venían ricos, y los cogían Carlos y el de Ais y Jeaga y las islas de Guarugumbe, son ricos, como tengo dicho, de la mar y no de la tierra. Desde Tocovaga hasta Santa Elena, que habrá de costa seiscientas leguas, no hay oro ni menos plata de natural de la tierra, si no es lo que tengo dicho por la mar. No quiero decir si hay tierra para habitar, pues los indios viven en ella; si es abundosa para ganados y para sembrar azúcar caña, no lo sabré de cierto, algunas sembraron y nacieron, pero como no estaba yo de sosiego cuando se sembraron, no vi lo que pasó. En todas estas provincias que he declarado, desde Tocovaga Chile hasta Santa Elena, son grandes pescadores, y nunca les falta pescado fresco; son grandes flecheros y traidores, y tengo por muy cierto que jamás serán de paz, ni menos cristianos; yo lo firmaré de mi nombre por muy cosa cierta, porque lo sé; si no toman mi consejo, será trabajo y peor que antes que los cojan a buena manera convidándoles la paz y metellos debajo de las cubiertas a maridos y mujeres y repartillos por vasallos a las islas, y aun en tierra firme por dineros, como algunos señores en España compran al Rey vasallos, y desta manera habría maña amenguándolos. Y esto digo que sería cosa acertada, y podrían hacer los españoles unas granjerías para criar ganados y guarda de tantos navíos como se pierden en la provincia de Sotoriba, puerto de San Agustín y río de San Mateo, a do los luteranos de Francia tenían hecho fuerte e rincón para robar a todos cuantos venían de Tierra Firme, ora de México o del Pirú, ora de otras partes, como lo hacían, y recogíanse al río de San Mateo, como tengo dicho, donde reside este cacique traidor de Sotoriba y Alimacani y otros lugares sus vasallos.
En medio del río de San Mateo, sesenta leguas a la tierra adentro, hay otro cacique, rey por sí y señor de su tierra, que se llama Utina, y Saravay y Moloa y otros muchos sus vasallos hasta llegar a Mayajuaca, tierra de Ais, hacia el cañaveral, que dicen los pilotos negros que navegan. Con estos dos caciques tomó paces Pero Meléndez; no tienen oro, ni plata, ni perlas; son miserables y grandes bellacos, traidores y flecheros, andan desnudos como los demás que arriba tengo dicho. Por este río de San Mateo pueden ir a Tocovaga, de la otra banda de la Florida hacia Poniente, y no digo que siempre por el río sino de esta manera: entrar por la barra de San Mateo y llegar a Saravay, que está cincuenta o sesenta leguas la tierra adentro del río arriba, o a la provincia de Utina, y de allí desembarcar e ir por la banda de Poniente, tomando por arriba de pueblo en pueblo, y dar consigo a la Cañoga-cola, vasallos de Tocovaga, y de allí al lugar mismo de Tocovaga, en que entra otro río muy grande, donde Soto estuvo y murió. Y con esto fenezco y no diré más, porque si fuera pretendería conquista desta tierra, no diera más relación que tengo dada, aunque a Su Majestad le conviene para la seguridad de sus armadas, que van al Pirú y a la Nueva España y a otras partes de Indias, que pasan por fuerza por aquella costa y canal de Bahama, y se pierden muchos navíos y perece mucha gente, porque los indios son contrarios y muy flecheros; y ansí como digo, conviene hacer alguna fortezuela por do pudiesen asegurar aquella canal con alguna renta que se pudiese sacar de México y del Pirú, y de las islas de Cuba y de todas partes de Indias, para el remedio y mantenimiento de los soldados de guarda de tal portezuela; y esto es lo que convenía, y otra cosa más de ir a buscar las perlas, pues otra riqueza no hay en aquella tierra; y para ello concluyo y si fuere necesario lo firmo.= Hernando de Escalante Fontaneda.

1.3.- Hernando de Escalante Fontaneda: Continuación a la relación de La Florida
“Trata de Juan Ponce de Lucas Vázquez – Relación de La Florida - Año de 1553 - Capítulo de Colón y Narvaes y Hernando de Soto y el llamado Ponze de León y otros”
“Colón descubrió las islas de Yucayo y de Achiti y parte de la Florida con otros vecinos de Santo Domingo.”

Las islas Lucayo son de tres suertes, y es desta manera: lo primero las islas de Bahama, lo segundo las islas de los Órganos, lo tercero las islas de Los Mártires, que confirman con unos caios de las Tertugas, hacia Poniente, y estos caios son de harena, y como son de harena, no se ben de lejos, y por esta causa se pierden muchos nabíos en toda aquella costa de la canal de Bahama y islas Tertugas y de Los Mártires.
La Habana está hasia el Sur, La Florida está hasia el Norte, y entre la una tierra de La Habana, isla de Cuba, para tierra firme de La Florida, están estas yslas de Bahama y Órganos y yslas de Los Mártires y Tertugas, hace una canal de hancho por lo más estrecho beynte leguas de La Habana a Los Mártires, y de Los Mártires a La Florida, catorce leguas entre yslas hacia España, para desir mejor, hacia Oriente, y por lo más hancho de este pasaje, hacia Poniente, ay quarenta leguas. Ay muchos bajos y canales hondas, pero no ay pasaje para nabíos ni bergantines, aunque son menores, sino ay pasaje para canoas y no más, y esto es hacia Oriente; a Noroeste pero por Poniente, para benir de La Habana y yr a La Florida, ay pasaje, pero no para benir a España, si no es por la canal principal de Bahama entre Los Mártires y La Habana, yslas Yucayos y punta del Cañaberal, y otra cosa no se halla para más atahar. Por atajo, se podría hacer por en medio de La Florida, por el río hancho de Tocobaga al río de San Mateo, de Poniente a Oriente, y no con nabíos, sino por tierra, y por mar sirbiéndose los unos nabíos a los otros de una banda a la otra para benir a España.
Otra memoria: Declararé generalmente de las cosas de La Florida y de un río que dicen el río Jordán, que está a la banda del Norte; y también diremos de la parte de Poniente, donde murió Hernando de Soto y el capitán Salinas y también Francisco de Reynosa y otros frailes, que padecieron y de los que fueron cautibos, que después bi alguno dellos bivos y en cautiberio, y también yremos declarando los trajes y comidas y bestidos de los yndios de Abalachi y de Mogoso y otros lugares más abajo, que son Tocovaga, Osiguebede y Carlos y Ais, Lonsobe y otros muchos que declararé, aunque no todos, y cada cosa por su capítulo, y primero declaro el capítulo arriba de las islas Lucayos y islas de Los Mártires.
Los pueblos de yndios de Abalachi que andan desnudos los yndios, y las indias con pampanillas de heno, nazida de los árboles, que es como lana, que adelante declararé, y comen benados y zorros y bacas lanudas y otros muchos animales, y estos yndios cobran ciertos tributos de oro bajo, que está mezclado en oro fino, y muchas camusas pintadas, y en un río, que este pueblo tiene, tiene las perlas que adelante tiene declaradas adelante, y son flecheros, pero llevándolos a España, y con una lengua abisada y diestra, se ganaría fácilmente, y mejores yndios de La Florida que los de Tocobaga, Carlos y Ais y Tegesta y otros que tengo declarados adelante en el memorial, eso hasta el río Jordán, que dizen, como adelante particularmente declaro cada cosa.
Los yndios de Abalachi son sujetos a los yndios de Olagale y Mogoso y otros de hazia la tierra de la zierra de Xite, que son los más ricos yndios, y estos lugares son de más balor. Estuve yo dos años entre ellos, por oro bajo me a dado en oro fino, pero en toda la costa, que adelante declaro en el memorial, no ay oro bajo ni menos fino, porque lo que ellos tienen es de los nabíos que se pierden de la Nueva España y del Perú, que les da tormenta en la canal de Bahama y da con ellos en el Cañaberal o en Los Mártires, que se llama Chuchijaga, cabo de Los Mártires, hacia las yslas de las Tertugas, frontero a Los Mártires y La Habana hacia el Sur; y la propiedad de todo y sustanzia de todo adelante lo declaro, aunque no todos los lugares, por tener diversos nombres que no me acuerdo cómo, y en esto zeso.

1.4.- Hernando de Escalante Fontaneda: Los caciques de La Florida
“Memoria de todos los casiques de La Florida”
En la tierra de Abalachi:

El primer casique que está más cerca de Méjico es Plaga y después Abalachi, después Onatagano, después Mogoso, después Tocobaga y después Cañogacola, después Pebe y después Esquega y después Osigabede y después Piyaya y después Tanpacaste.
En la tierra de Carlos:
Después Tanpa y Yagua y Estantapaca y Queylocha y Juestocobaga y Sinapa y Tomo y Cayuco y Ñeguitun y Avir y Cutespa y Çononoguay y Esquete y Tonçobe y Chipi y Taguagemae y Namuguya y Caragara y Henhenquepa y Opacataga y Janar y Escuru y Metamapo y Estame y Çacaspada y Satucuava y Juchi y Soco y Vuebe y Teyo y Muspa y Casitua y Cotebo y Coyovia y Tequemapo y Jutan y Cuatevuiya y estos son los que sujetan a Carlos.
En la tierra de los Martiles:
Y en los Martiles ay tanvien poblado de yndios y el primer casique es Guarungube, después Cucuyaga, después Tatesta, después más adelante está Tegesta y Tavuaçio y Janar y Cavista y Custegiyo y Geagayasi y muchos yndios que no les sé el nombre.
En la tierra de Ays, cerca de Sant Agustín:
Ays primeramente y Vuacata y Tunsa y Mayjuaca y Maycoya y Mayaca y Çilili y Potano y Moloa y Utina y en San Agustín está Sotoriba y Moloaelbravo y Alimacany y Palica y otros muchos yndios pueblos que no les sé el nombre.
Y Tacatucuru y Guale y Parica.
Y el casique que tiene las perlas son dos casiques y uno se llama Aquera y el otro Ostaga.

Bibliografía
1.- “Archivo General de Indias – Casa de la Contratación – Pasajeros a Indias” – Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España.
2.- “Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de la antiguas posesiones españolas en América y Oceanía, sacados de los Archivos del Reino y muy especialmente del de Indias – Tomo V” – Luis Torres de Mendoza.
3.- “La Florida, su conquista y colonización por Pedro Menéndez de Avilés – Tomo I”
4.- Sitio web raremaps.com
5.- Wikipedia